4/2/12

==LA REUNION CON MONSEÑOR==




Me habia bajado de mi moto y miraba la puerta de madera de la antigua iglesia mientras esperaba al resto que venia en el coche. No fumaba, pero esa noche seguro que hubiera empezado un mal habito que desde luego no podia matarme de nuevo. El viento soplaba y mi gabardina se movio solo un milimetro antes de que volviera a ajustarla y a mirar el campanario. Se habia movido una sombra en el, estaba segura que me estaban vigilando


Vos asi lo quereis, seguid vigilandome y os aseguro que puedo hacer algo de lo que no os arrepintais, bueno yo no me arrepentire de matar a un espia, un miron o lo que sea que seais.


El ruido del motor me saca de mi ensimismacion. Hago una mueca, una sonrisa tal vez mientras bajan y se acercan siguiendome a la puerta. Un golpe seco que suena en la noche, nadie nos ve, nadie nos abre, otro mas antes que las cerraduras chirrien y nos abra un anciano que nos invita a pasar dentro hasta la misma  capilla.
Noto un malestar que no me gusta para nada, me siento incomoda, pero si el cardenal desea verme, no soy nadie para impedirselo. En la iglesia, algunos sentados en los bancos de madera bromeando con lo que pasara y con...
-Deja eso quieto Maria, tenemos nosotros ya un caliz para la Valduerie. Recuerda de donde lo sacamos. No querras molestar al cardenal creo yo digo antes de girarme y de sonreir mostrando mi blanca dentadura al sacerdote de mi manada que esta donde no deberia.
No se ni cuanto tiempo llevamos alli cuando el monje vuelve y dice que solo me vera a mi, desarmada. Carmen y Miguel no estan de acuerdo como siempre, deberia ir con alguien mas y deberia ir armada, no dejar mis armas donde ellos quieran.
Sonrio y niego mientras me acerco al altar. 
-Confiemos en el cardenal, si nos quisieran muertos ya nos hubieran matado en cuanto llegamos a la ciudad, en el trayecto o en esta misma sala. Hermanos esperadme aqui.
Me desabrocho la gabardina y la dejo sobre la petrea mesa con mis dos pistolas y mi navaja.
- Podeis registrarme padre, os aseguro que no encontrareis nada que pueda ser usado como arma, salvo mi propia voluntad. Me giro a los demas. Si no vuelvo en dos horas, destrozad todo hasta que me encontreis y si estoy muerta matad al que haya sido culpable.
Un pasillo oscuro con mil sombras que asustarian a cualquiera, ocultan figuras, ocultan formas, ocultan demasiadas cosas. Me siento mal, pero no lo demuestro, algo me recorre la espalda, como si fuera un sudor frio antes de bajar las escaleras, las sombras se revelan a mi paso, figuras de virgenes y santos. ¿Que locura es esta?. Mis ojos azules recorren el camino mientras mis pisadas resuenan en el pasillo de piedra, tal vez marmol conociendo sus gustos.  Una puerta de madera negra con el simbolo del clan, egocentrico, cuando tenga ese sillon lo cambiare, llaman y una voz masculina nos invita a pasar al otro lado.
Me abre la puerta y me mira antes de que entre. Hago una leve inclinacion de cabeza antes de acercarme y de besarle el anillo. Beso de judas mas bien, por que el anillo sera mio, como todo.
-Monseñor, recibi vuestra misiva, aqui estan los caballeros para escuchar lo que deseais que hagamos. Somos los mas insignificantes de este mundo pero haremos lo que podamos.
Me mira, me sonrie y hace un gesto para que me siente en una silla junto a el. Le agradezco el gesto y lo hago mirandole a los ojos y cruzando las piernas. 
-Ha pasado tiempo Elena, desde aquel juicio de tu progenitora contra ti. Debo decir que me alegro sobremanera que tu salieras tan indemne, un cruzado no suele salir asi. Tambien se que has rechazado las propuestas de dos asociaciones, en ambas yo mismo te abale y pense que tal vez ser uno de los Templarios del Sabbat te seria util para asentarte con tu manada. Pense que tal vez te gustaria volver a Sevilla y acabar con Don Rodrigo o que se cambiara a nuestro bando. su mirada me lo dice todo, se que esta tramando algoPero no estamos para eso, Adelyne ha desaparecido y se ha llevado algo que me pertenece tanto a mi como al Sabbat. Un fragmento del libro de Nod, un fragmento que aun esta siendo investigado para ser añadido, del puño y letra del mismisimo Cain. Debes recuperarlo, que pague su osadia, seguro que se lo entregara a los perros de la Camarilla por su salvacion, con ella puedes hacer lo que desees no vale nada.
 Una sonrisa recorre mi rostro mientras le respondo, el viejo zorro ha lanzado el anzuelo y espera que pique para recoger el sedal.
-Monseñor, no soy la mas adecuada para este trabajo, seguro que piensan que yo misma he provocado todo cuando sabeis que estaba en Sidney realizando un trabajo para la secta. Os juro que no tengo nada que ver y una pausa para sopesar mis siguientes palabras asi como la reaccion del cardenal, pero que se de cuenta que no he picado su dulce. 
-Sabeis que hare lo que me pedis y que os la traere viva para que sufra el castigo que la querais imponer en estos sagrados muros, pero si lo que deseais es que no llegue viva hasta vuestra presencia, asi tambien lo tendreis. Le miro a los ojos mientras sonrio enigmaticamente, mientras vuelvo a aquel juicio y a las palabras que la causaron la caida. Partiremos los caballeros tan pronto como nos sea posible, mañana mismo ya que el alba nos encontraria en el camino y pocos refugios son seguros para los nuestros.Mandare una misiva a los antiguos compañeros de la traidora para que...
Una puerta se abre a mis espaldas, la  fragancia que viene la conozco muy bien. Algunos atardeceres era la que me despertaba y unos amaneceres con la que dormia.
-Buenas noches Elena. su voz recuerdo de noches mas placenteras, no lo vamos a negar sigue ahi, recorre mi cuerpo y hace que sienta ganas de responderle como deberia realmente. Solo me giro y le saludo con una inclinacion, de asesino a asesino, de sire a chiquilla aunque yo no soy su chiquilla. De maestro a alumna.  
-La cofradia de la rosa quebrada ha llegado hasta la ciudad, nosotros mismos dimos el aviso al cardenal y la posible ubicacion de la traidora. Iba hacia el norte, posiblemente a Zaragoza y luego los pirineos tal vez. Puede que quiera llegar a Paris o a la misma Roma.
Sabe algo mas, lo se, sus gestos me lo dicen y la mirada que me lanza mientras se acerca lo dice todo.
-Buenas noches Abdul le replico levantandome y ofreciendole mi asiento. Reconozco su generacion, su supuesto poder, pero bien se cual es su punto debil aunque lo oculte. 
-Mañana pues con la primera oscuridad partiremos hacia Zaragoza, cogeremos un tren. Me gustaria que el Cardenal, nos pudiera introducir antes en algunas cajas preservadas para poder llegar alli cuando aun sea de noche. El camino es peligroso y si no tenemos cuidado.
Quiero solo cinco minutos a solas con él, para saber mas, para poder hacer lo que deseo desde que entro, saber la verdad, una verdad que me clarificara mas las cosas. Moncada nos pide tan cortes como puede que nos marchemos para terminar de hacer planes. Cuando la puerta se cierra a nuestras espaldas solo puedo negar y sonreir
-Si querias verme sabias donde estaba. Quiero la verdad, y quiero saber donde ha ido. Luego ya hablaremos mas en privado. Camino por el pasillo de vuelta antes de que me pare y me de la vuelta para mirarme.
Me acaricia el pelo y la mejilla antes de besarme, deberia rechazarlo pero dejo que solo encuentre frialdad. ---Elena no me trates asi, soy lo que soy y ahora el ductus de la rosa quebrada. Adelyne sabia que no debia tocarlo como sabia que enfadar al cardenal tendria sus consecuencias. Lo robo, mato a gente, mato a los pocos que quedaban de tu noche de creacion. Si era lo que querias desde un principio y no se por que no me asombra.

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