7/2/12

La extraña que no conozco IV: Primeros atisbos


Esa noche la luna llena iluminaba el cielo, ninguna nube lo cubría. El taxi aparco en la puerta y de el bajo una exhuberante rubia con un vestido de infarto sobre unas sandalias de tacon. Sonrio antes de entrar y de echarse el pelo hacia atras.
Camino hacia la mesa donde el maitre tomaba los nombres y le dijo cual era el de su acompañante. Amablemente la llevaron hasta la mesa, ya estaba sentado.
Siento llegar tarde pero mi coche tuvo un percance y tuve que llamar a un taxi. 
Leonard, crei que iba a tardar menos. Prometo luego compensarte.
Ël solo niega, levantandose y besandola la mano. 
-No te preocupes, ya que hayas aceptado a tener esta velada es mas que suficiente para mi.
Una dulce sonrisa recorre su rostro antes de sentarse y coger la carta aunque delega en él para la elección de la cena. Van por los postres  y lleva un rato sudando, mientras le mira con la copa de vino en la mano, fijamente. Se levanta 
-Voy al baño, enseguida vuelvo.
No le da tiempo ni a contestar cuando se lleva una mano a la cabeza y otra al pecho antes de comenzar a sangrar por la nariz. Una convulsión antes de quedar inerte.
La ambulancia llega enseguida, esta muerto. Le llevan al hospital y la policia le toma declaracion a los presentes, nadie sabe que ha pasado.
Un nuevo taxi que la lleva a su casa. Saca las llaves al llegar y sube las escaleras de entrada al portal con tranquilidad. Un ruido detras, en el rellano, se gira con rapidez y...
Lo que habia alli no se esperaba eso. Ahora esta contra la pared sujeto por nada mientras le mira y la pistola que portaba le apunta en el aire.
-Es mi ultimo trabajo, asi se lo diras 
Un Bang en el aire, olor a polvora en el momento que la puerta del apartamento se cierra. El cuerpo cae al suelo muerto, con expresion incredula.
El agua se lo lleva todo hasta los recuerdos. Hasta la sangre que te salpica.


Sonó el despertador. Se giro en la cama para poder mirarle dormir, sonrió y le dio un beso antes de levantarse.  Una ducha rápida antes de vestirse y bajar a preparar el desayuno.  Hacia un buen día, brillaba el sol.  El café estaba recién hecho, solo había que calentar la sartén. Mientras se hacían las tostadas, termino de preparar los huevos revueltos y el zumo.
La mesa estaba lista, cuando quisiera que bajara. Recogió un poco la cocina y el salón, tenia que poner una lavadora.
Llamaron a la puerta, debía ser el cartero. Miro por la mirilla, antes de abrir manteniendo la sonrisa.
-Buenos días Señorita Reynolds, la traigo una carta certificada para su novio. Si me firma aquí por favor Cogio el boligrafo antes de mirar el papel, pero parecio que había  raro 
A esas horas tenia que haber alguien en la calle, ni un  ladrido del odioso perro de los Scotts Solo imaginaciones suyas. Firmo, cerro la puerta y la dejo sobre el recibidor 
Un poco mas y se enfría replico al oir como bajaban las escaleras.
-Tienes una carta, espero que no sea de tu trabajo o te matare
Se rie  besándola abrazandola por   la cintura. 
-No te libraras de llevarme a comprar supermercado, así que 

   Se llevo la mano a la cabeza, la estaba doliendo, hacia mucho que no la dolía asi Cerro los ojos y se apoyo en él. Un frio liquido, espeso estaba en sus labios. Sabia a hierro, sangre, sangraba su nariz. Se la limpio como pudo mientras seguía con el dolor.
Sus ojos estaban negros, no tenia nada mas que pupila. Todo a su alrededor estaba volviendose  borroso, hasta el hombre que la tenia entre sus brazos 
Un paso atras pero no podia andar. Algo en su garganta, aspero y rugoso que no la dejaba tragar y la hinchaba los pulmones,  golpeo un segundo lo que la mantenia cerrada. Vibro, solo vibro antes de que sus pulmones se llenaran de un gas. Era como un olor a rosas, pero no eran rosas...por sus poros, por su nariz Sumiendo la de  de nuevo  en la oscuridad 
Abrio los ojos estaba en el sofa
-Estoy bien, solo me dolía un poco la cabeza, sabes como es esto. No te preocupes Adam,, se me pasara en cuanto salga de esta casa.



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