17/2/12

3.-Sangre de mi sangre




Era extraño para cualquiera que los viera desde la parte mas alta, sobre la colina donde los restos humeantes  de lo que una vez fueron el hogar de uno de los pocos humanos que aun poblaban la Tierra, tal vez se hubieran sorprendido mas por que uno de ellos no era humano aunque se pusieran a dos piernas o lo que quieran que fueran sus estremidades traseras.

Ella le miraba con curiosidad, con los ojos ambar que la habian  dado, bendicion o maldicion aun no lo habia averiguado. El simplemente no sabia que hacer, se sentia muy incomodo en esa situacion, no sabia que hacer y las historias que le habian contado sus ancianos no ayudaban a que se sintieran mejor.
Cazados por ellos, o como animales de compañia, pero esos eran los mas afortunados, por que otros simplemente eran llevados a lugares donde les miraban y les tiraban comida como si no supieran cazarla.
Dio un paso atras para alejarse por donde vino, estaba seguro que no podia llevarsela y mucho menos cuidarla. Ella ni se movio de donde estaba, se levando de donde estaba y le miro mientras el viento levanto la tierra que habia a sus pies durante unos segundos llevandola con algunos petalos secos hacia donde estaba el. No se iba a parar.
-Deberias llevartela-replico una voz cascada por la edad. Alli habia un hombre encapuchado
apoyado en un nudoso baston que se curvaba en la punta. Su ropa, algo ajada no dejaba mucho por ver salvo el morro alargado de color negro del que solo asomaba la punta.

Dio un respingo, era uno de los Oraculos, habia oido hablar de ellos, pero creia que eran simple cuentos para complacer a los niños y a los ancianos. Estaba acariciando el pelo a esa niña o lo que quiera que fuera la humana.
-Creo que deberias llevartela, tiene un destino que esta entrelazado con el tuyo.
-No se por que deberia llevarmela, es una humana y eramos simplemente animales para ellos, nos cazaron, nos mataban por diversion.
-Seria un buen momento para olvidar rencillas y comenzar a curar las heridas.
-No, que los carroñeros se ocupen de ella, si es el destino el que quiere que viva, que la cuide el mismo
Se dio la vuelta y se alejo de alli, con paso firme antes de que...
-Es Sangre de tu Sangre.
Se giro y le miro mientras negaba y luego miraba a la niña.
-Llevatela, cuidala y cuando llegue el momento sabras que hacer, claro que si no quieres llevartela no habra ningun problema, la cuidare yo mismo a pesar de ser un anciano. No vivire mucho pero lo suficiente para tenerla cuidada.
La rodeo con sus brazos y hizo que le siguiera andando alejandose de alli pesada y trabajosamente.
-Me la llevare, pero no me hago responsable de lo que la ocurra en mi tribu, ellos no comprenderan tus palabras.
-Pero los designios si, alguien te apoyara.

Se marcho dejando a la niña y al felino alli de pie uno frente al otro mientras sonreia bajo los pliegues de la capucha. Si supieran que realmente no tenian eleccion
Su pequeña mano se aferro a la suya  con suavidad antes de que comenzaran andar alejandose de alli con tranquilidad. Lo malo seria pasar el rio, lo peor seria explicar por que uno  tendria que estar con ellos.
-Me has metido en muchos lios hoy.
-Los mismos que anoche tuvistes con el oso que cazaste
La miro con extrañeza como si quisiera decirla algo, no podia saberlo, era imposible, la noche era tan cerrada que hasta a ellos casi les costo atrapar al oso.
-Sube a mi espalda - es lo unico que dijo para cruzar el rio. Aunque bien la valdria un baño, con lo cubierta de sangre que estaba y la sangre apestaba como...Ratas...malditas fueran.
Si fueran de su tribu los buscarian y exterminarian su nido has que no quedara ninguno de ellos, pero no era nada suyo por mucho que ese Oraculo dijera.
-Tengo hambre-dijo a su oido mientras apoyaba su cabeza en su hombro
-En casa
-No tengo casa, la destruyeron esas cosas con ojos vidriosos y negros. Cuando sea mayor las matare a todas.
-No podras, son demasiadas para poder acabar con todas.
***
Un click, todos los dias era igual, comenzaba a sonar esa cantinela a la misma hora, y la Vidente decia que los antepasados hablaban por ella y mostraban lo que habia ocurrido hacia mucho.

No sabian de donde venia la voz, solo que era masculina, bastante joven tal vez. Que hablaba con demasiadas palabras que no conocian y ademas bien podria ser mentira.

-Tenemos que ir a la plaza, la Vidente ha preguntado por ti.
-Dile que he salido a buscar a esa niña entre los esclavos y los cadaveres.

Era mentira pero no quiera ver a la bruja.  Odiaba a esa mujer desde que mato a su madre por que se interponia en que fuera la Vidente, su madre si habia tenido los poderes que esa  vieja no tenia y que solo usaba el miedo de los demas asi como el poder de su protegido que solo usaba el poder que habia robado para su propio beneficio, engordando en el trono de huesos y pieles de sus enemigos.
Camino hacia los campos de prisioneros, los oia gemir de panico sabiendo que no habia esperanza, que nunca mas verian la luz del sol y ademas cuando llegara el momento moririan bajo sus dientes. Seguro que los pocos que quedaban de los anteriores seguro que se lo habian contado, siempre dejaban que vieran como morian.
-No la hemos encontrado, no esta entre ellos, tampoco entre los cadaveres. Tuvo que quedarse entre los medio devorados en la cueva.
-Bueno pues la diremos a la Vidente que esta en un lugar donde no puede serla util.
-No creo que la Vidente...

Su garra chorreaba sangre mientras su corazon aun latia en su mano. Y una sonrisa malvada en su rostro. Miro al resto que se dieron la vuelta y se marcharon a su trabajo.
Nadie le iba a decir lo que tenia que hacer, y nadie iba a impedir que consiguiera y consumara su venganza.
-Esta maldita escoria la mato y se la echo a comer a los que estan infectados-murmuro al oir pasos y se giro a mirar a una de esas aduladoras.-diselo a la vidente, no queda ni rastro  y lo he ejecutado por no haber cumplido lo que le pedi.
Mentir era facil, habia mentido toda la vida y ahora mentiria mas si fuera posible, solo para conseguir el fin que perseguia.

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