29/1/12

I.-Valkiria

 Si morimos  sera por la gloria, no por el oro. Aun recuerdo cuando  escuche esas palabras, solo era una jovencita que estaba viendo al mismísimo Thor a punto de entablar combate con un  gigante, pero no era así. 
Decía que era un héroe, decían que acabaría con el mal que nos atenazaba desde hacia mas de dos generaciones. Llevándose a las jóvenes antes de ser desfloradas, solo a las que como yo tenían el pelo rojo, como el fuego del sol al atardecer. 

Llevaba un vestido blanco sin símbolos, mas que los de mi padre el jefe de la aldea. Un simple collar de oro sin mas símbolo que el del propio Thor. Sentada en un banco junto al fuego con la cabeza cubierta para que nadie viera el sino que se me había impuesto.
Sus ojos azules, me miraron un solo segundo cruzándose con los míos, mientras bordaba la única prenda que podría dar a mi hermano mayor antes de morir. Sabia que en próximas noches vendrían a por mi en la oscuridad de la noche y nadie haría nada para salvarme. Por eso sus palabras me dieron esperanza, vana esperanza.
Esa noche una visita en mi ventana, él con una sonrisa y con la promesa de salvación a cambio de poder desposarme, de llevarme a su tierra.
Ilusa de mi accedí, que poco sabia de lo que había pasado y de lo que pasaría esa misma noche solo unos instantes después cuando dormía en mi lecho entre las pieles esperando un nuevo día.
El frió, la humedad, la oscuridad. No sabia ni cuanto había pasado, solo que estaba en un sitio que no conocía. El ruido de las olas rompiendo llego a mis oídos, como la espuma del mar me salpicaba despertándome. Maniatada sobre madera ennegrecida, con más mujeres de cabellos rojos .
Ruido de combate, gritos, como me salpica algo pegajoso, como me arrastran, como caigo al mar, como me hundo, como dejo de respirar. Como una voz me susurra que pronto me salvaran.
Como despierto en un lugar donde no conozco, con un hermoso vestido y como se abre la puerta de madera dorada, entra el hombre cuyos ojos me enamoraron aquella noche, que me engañaron como lo habían echo con todos hasta ese momento.
Como sus manos acarician mi pelo y hablan de oscuros designios de sus oscuros dioses. De profecías que no conozco, de runas escritas con sangre sobre pergaminos de piel humana.
Se que voy a morir, pronto moriré, me entregaran a sus crueles dioses, dicen que soy la que les apaciguara y la que le dará poder.
He oído los gritos de las mujeres, como algo brama, como algo restalla en la oscuridad. La mirada de esa anciana cuando me ve cada día, mientras trenza mi pelo con hilos de oro.
Si no tuviera este color de pelo no estaría aquí. Odín, Frida ayudadme. Thor dame tu fuerza y que tu cólera los aniquile en esta noche de tormenta, que mi padre y mi hermano nos encuentren que los destruyan y los conviertan en cenizas...

Un relámpago ilumina la noche, mis ojos me engañan, creo que veo una vela a lo lejos. Nadie saldría con este clima, nadie en su sano juicio desde luego.
Me sacan de la habitación arrastras, me llevan sobre un caballo, sobre un semental. Sus maliciosas sonrisas me observan como sus ojos. Engendros, hijos de mil relaciones endogamicas, deformes algunos, monstruos, abominaciones.El poste de madera, tan negra como la del barco que me trajo. Cadenas a sus pies para atarme y entregarme a ese ser que solo he oído en mis pesadillas, cuyo aullidos me despiertan en mitad de la noche y que me esta llamando.
Encadenada al poste sobre el abismo sin fondo, mientras un semental negro como una noche sin estrellas es sacrificado, su sangre le llamara y me devorara. Le escucho, se que estará pronto aquí y me llevara con mis antepasados a los atrios del Walhala.
Una enorme figura, de escamas rojo y cobre surge, suspendida en el aire con un par de alas membranosas. Dragón...mi mente lo llama así, pero algo me dice que no es lo que debería ser.Sus ojos rojos me miran mientras su fétido aliento llega a mi rostro haciendo que mi sangre se hiele, que mi propia respiración se pare solo un segundo antes de sentir como algo pasa silbando a mi lado, como brama de dolor y como sus garras rasgan mis cadenas y me arrastran con el en su caída. Mis ojos solo pueden ver a mi hermano con una cicatriz en su rostro que grita intentando que no caiga. Solo sonrió y susurro Gracias... No se por que esta allí, no se como me ha encontrado, hay tantas dudas en mi mente mientras caigo y mientras me protegen.
Pero no morí,esa cosa me protegió con su cuerpo malherido y me ayudo a irme de allí, no era tan monstruo como lo eran los hombres que lo intentaban dominar sacrificio tras sacrificio. Con magia ancestral cambio el color de mi pelo por otro que aunque llama la atención me gusta tanto o mas que el anterior, mechas cobre cruzan mi pelo rojo sangre y un mechón dorado como el oro en mi lado derecho como un recordatorio. Recordatorio de sus palabras, que resuenan en mi mente una y otra vez. Te amo.

Una lagrima se derrama por mi mejilla mientras el fuego devora su inmenso cadáver. Las mortecinas llamas me iluminan poco a poco, mientras observo envuelta en mi capa como es devorado poco a poco y una lagrima se desliza por mi mejilla para fundirse con la nieve.Casi muero por un monstruo, casi me salva un dios, vivo gracias a un ser que no debían haber juzgado por su aspecto pues era más noble que el más noble de los héroes y era más bravo que todo un ejercito.
Ahora mi destino tocada por la sangre de ese ser, inmortal, como los mismos dioses, con la furia de mi ira que esta corriendo por mis venas y con la pasión que solo una mujer que espera encontrar su lugar estoy aquí esperando a criar lo que nacerá de mi interior, mi pequeño lobezno...

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